Los pensamientos suicidas aparecen cuando la persona piensa seriamente en quitarse la vida. Puede variar desde pensamientos esporádicos hasta la planificación, e incluso intentos fallidos. Muchas son las personas que experimentan pensamientos suicidas en algún momento de su vida. Es una reacción trágica ante situaciones que pensamos tener fuera de control. Pudiera parecer que los problemas no tienen solución y el suicidio es la única vía de escape. Existen tratamientos efectivos. Es importante saber cuando pedir ayuda.
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El suicidio
El suicidio es un tema que se habla poco o nada, causando gran reticencia en nuestra sociedad actual. Constituye un reto para los sociosanitarios.
Además, es la mayor causa de defunción no natural y, un gran problema para la Salud Pública. Cada vez, es más común el suicidio en la tercera edad, aumentando en 1,5 veces el riesgo en mayores de 65 años.
“La mayoría de las personas de tercera edad que intentan suicidarse lo consiguen”. Palabras de Javier Jiménez, presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio (AIPIS).
Causas del suicidio
Las causas que incitan al suicidio son de diversa índole:
- Enfermedades dolorosas, crónicas o terminales.
- La soledad. Pasar días sin salir a la calle, no tener contacto con el exterior.
- El abuso de tratamientos farmacológicos. Escasez de programas específicos, protocolos de abordaje y detección.
- El duelo, pérdida de seres queridos, falta de proyectos vitales, inactividad.
- Depresión y ciertos trastornos. Es el principal factor de riesgo.
Prevención del suicidio
No se debe menospreciar ninguna posible señal de suicidio. Es muy importante el papel que juegan los familiares. Se debe hablar abierta y claramente sobre el suicidio, siempre sin juzgar.
Evitar el aislamiento social. Existen múltiples actividades sociales y comunitarias. Pasar tiempo al aire libre también ayudará bastante. Realizar actividades significativas y placenteras. Y, sobre todo, acudir a un especialista que nos brinde su ayuda.